Alexis Guayasamín, Oswaldo Guayasamín y Jesús Ramírez muestran los productos de la cafetería, en su local en la Mitad del Mundo. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

Alexis Guayasamín, Oswaldo Guayasamín y Jesús Ramírez muestran los productos de la cafetería, en su local en la Mitad del Mundo. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

Sabor y aroma nacional en la Mitad del Mundo

18 de diciembre de 2019 15:32

La Mitad del Mundo, un lugar tan icónico de Ecuador, es el escenario en el que Café Guayasamín difunde la cultura ecuatoriana y el café de especialidad.

Este es un negocio que nació de la mano de Oswaldo Guayasamín y que, actualmente, lo maneja junto con sus hijos Alexis y Martín. Surgió hace tres años con el objetivo de dar a conocer el grano de origen ecuatoriano.

En la cafetería se ofrecen diferentes tipos de preparaciones con café, incluido un té hecho con la cáscara de esta fruta. Asimismo, se vende el producto empacado.

Oswaldo explica que el café con el que trabajan proviene de fincas en el noroccidente de Pichincha, Loja y, en ciertas ocasiones, de Imbabura. “Es café arábigo, de altura. Queremos rendir un tributo a todas las familias caficultoras”.

Actualmente, compran el grano cinco productores nacionales. Una de ellas es Olinka Vélez, de la finca Chorora, en Zozoranga, Loja. “Les vendemos hace un año, un saco cada mes y medio o dos. Es la única cafetería en Ecuador que vende nuestro producto porque lo demás lo exportamos. Alexis conoce nuestra finca. Cuando vende el producto transmite la experiencia desde que nace hasta que se cosecha”.

En sus inicios, Café Guayasamín operó en el norte de Quito, donde estuvo ocho meses. Llegaban unos 10 clientes al día; Oswaldo vio que no estaba creciendo.

Un día llegó al local un representante de la Ciudad Mitad del Mundo, a quien le gustó mucho el concepto de la cafetería e invitó a Oswaldo a que el local forme parte del complejo turístico equinoccial. Hoy el negocio se encuentra justo en la plaza central del lugar.

La cafetería cuenta con decoración de figuras precolombinas, con el fin de resaltar las culturas que ocuparon el territorio nacional. En un ala se encuentra el área para los comensales que se sirven las bebidas, compran el grano o degustan otros productos y en otra está una zona para laboratorio, molienda y cata.

Este último proceso da una experiencia a los clientes. Se conoce todos los procesos del café desde que se seca la cereza hasta que se tuesta; luego, es posible comparar café común con el de especialidad a través del olor y el sabor.

El café de especialidad ecuatoriano, comenta Alexis, tiene notas dulces, florales y cítricas. Él, junto a su hermano, ha logrado descubrir estas características gracias a que se convirtieron en baristas luego de una amplia formación, principalmente en Colombia. Han ganado diferentes galardones como Aeropress Ambato 2017, Aeropress Quito 2018, Aeropress Arte Late, entre otros.

Actualmente, la cafetería recibe a unos 100 clientes al día. Uno de ellos es el artista Gonzalo Balseca. “Vengo a tomar una taza de café casi cada tarde desde que abrió la cafetería. Me he quedado impactado con la calidad y el sabor que tiene el producto que comercializan en este negocio. He conocido sobre la cata y eso me ha parecido muy interesante”.

Uno de los elementos que hace especial a Café Guayasamín son las variedades de café. Entre ellas están típica, honey, caturra, híbrido 8, etc. Al menos seis se ofrecen para la cata y venta del producto y dos para servir a diario.

Asimismo, el negocio ofrece jarros con diseños de la cultura Jama Coaque. Esto también con la idea de dar a conocer a los clientes, que en un 90% son extranjeros, los pueblos ancestrales.

El café de este emprendimiento también se vende en el duty free del Aeropuerto de Quito y en Inti Cari en el Palacio Arzobispal.

En diciembre, los emprendedores tienen previsto lanzar una crema de café y un ron con café. Otro objetivo es abrir nuevamente un local en Quito y, en algún momento, exportar el producto.

Café Guayasamín, como parte de su eje de responsabilidad social, trabaja con fincas caficultoras que dan trabajo a mujeres cabezas de familia y realiza dos veces al año la donación de un día de sus ventas a alguna causa infantil.