Carlos Zambrano es uno de los participantes en esta actividad. Los productores siembran 2 000 plantas por hectárea y cada planta produce hasta tres sandías. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES

Carlos Zambrano es uno de los participantes en esta actividad. Los productores siembran 2 000 plantas por hectárea y cada planta produce hasta tres sandías. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES

La sandía y el melón dinamizan los negocios

10 de abril de 2017 14:47

Las poblaciones del norte de los cantones Esmeraldas y Rioverde, cuentan con más de 400 hectáreas destinadas a la siembra de sandías y melones, que son vendidos dentro y fuera de la provincia.

A lo largo de la vía Esmeraldas-Rioverde se observa a los dueños de sus fincas vendiendo una parte de la producción, directamente al consumidor final. Un promedio de 10 000 sandías y melones son adquiridos cada trimestre por compradores de la Sierra, según cálculos de los productores.

Lorena Quiñónez, mujer dedicada a la venta de jugos, compra un promedio de 100 melones semanales directamente a los productores. Dice que ahorra hasta el 50% de lo que pagaría en el mercado de la ciudad, donde cada unidad cuesta hasta USD 3.

Unas 300 hectáreas de las zonas de Cabuyal, Colope, Banderas, Camarones y Tacusa, en la vía que conecta con el norte de la provincia, están destinadas a la siembra de sandías, y otras 100 hectáreas a la producción de melón. Esta actividad comercial mueve las economías de unas 450 familias dedicadas a la siembra y cosecha de la fruta.
Daniel Toral, de la población de Achilube, siembra anualmente hasta dos hectáreas de sandías que le producen unas 6 000 unidades por hectárea, y vende hasta en USD 2,50 la unidad.

Allí los agricultores producen con abono natural, por eso el costo de producción no alcanza los USD 500 por hectárea, pero quienes usan químicos y abono foliar en producciones mayores, invierten hasta USD 1 500 por hectáreas, explica Toral.

Una de las propuestas de este agricultor es crear la asociación de cultivadores de sandías, que les permita acceder a créditos blandos a través de BanEcuador. También, apunta a buscar mercados y vender a cadenas de tiendas que funcionan en Esmeraldas.
Pedro Loor es uno de los que más produce sandías y melones en el sector de Cabuyal. Cosecha hasta tres veces por año y alcanza las 24 000 sandías promedio y unos 8 000 melones.

Su producción tiene mercado en Ibarra, pero siempre lucha con los precios bajos. Una sandía de hasta 30 libras, los compradores quieren pagar hasta USD 2,50, cuando esa misma sandía puede costar en el mercado hasta 7.

Poblaciones como Cabuyal, Colope, Banderas, Achilube son propicias para la siembra de sandías, porque cuentan con terrenos arenosos, donde se desarrolla con más facilidad ese producto, dice Líster Valencia, de la Unidad de Innovación Tecnológica de la Dirección del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).

El técnico indica que no cuentan con datos estadísticos de producción de la fruta en Esmeraldas, porque los productores no siempre informan de los proceso de siembra de sandías y melones.

Sin embargo, el Magap imparte asesoramiento técnico sobre el manejo de las semillas, las formas de siembra y el uso de los fungicidas para evitar la presencia de malezas que afecten la producción.

Los productores, para garantizar la siembra, en ocasiones viajan hasta Colombia para adquirir semillas certificadas cuando no las encuentran en el país; pagan hasta USD 60 por una funda de 1 000 pepitas.

Según quienes se dedican a esta actividad agrícola, el negocio fuera mucho mejor si se contara con nuevos mercados porque se puede producir a bajo costo con alta rentabilidad. Lo mínimo a invertir en una hectárea de sandías o en una de melón son USD 300.

Los productores de la zona como Byron Preciado, que representa a una agremiación de campesinos de La Carmelita, en Esmeraldas, creen que para competir con provincias como Manabí, que también produce mucha sandía, se necesita un mejor sistema de riego en toda la zona.

Manabí cuenta en la actualidad con sistemas de riego que le permite producir todo el año, mientras que en Esmeraldas el riego es menor, aunque aumenta cuando llega el invierno se incrementan las lluvias.