Aun año de la implementación de la Sociedad por Acciones Simplificada (SAS), esta modalidad para la constitución de compañías se convirtió en la más utilizada y corresponde al 54% de las 13 827 firmas inscritas en el último año, según la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros (Supercías).

La buena acogida que ha tenido este tipo de empresas, aprobada en la Ley de Emprendimiento e Innovación (febrero del 2020), responde a varias características. Probablemente la más atractiva, en un momento de crisis económica, es que no se exige un capital mínimo para su constitución, es posible crearla con USD 1, que corresponde al valor de una acción. El 85% de las SAS no han superado los USD 1 000 de capital.

Se puede registrar con un documento privado inscrito en el Registro de Sociedades de la Supercías; es decir, no se requiere de una escritura pública, lo que elimina costos y disminuye tiempos, al no requerir de una notaría ni del Registro Mercantil.

Otra diferencia en relación con las modalidades tradicionales es que es posible constituirla de manera unipersonal. El 48% de las SAS solo tiene un accionista. Además, no es requisito declarar una actividad mercantil.

“La Sociedad por Acciones Simplificadas elimina barreras de entrada. Está pensada para que las empresas se empiecen a formalizar”, señala Esteban Ortiz, intendente de compañías de Quito.

En 2020 se registraron en el país 10 767 nuevas compañías, 764 más que en el 2019. Ortiz lo atribuyó al ingreso de las SAS, especialmente en los últimos meses del año. Este tipo de sociedades, al igual que otras se pueden constituir de manera física o electrónica. El tiempo promedio está entre 2 y 7 días.

Desde el pasado 15 de abril, la inscripción en el Registro Único de Contribuyentes (RUC) y la obtención de la clave del Servicio de Rentas Internas (SRI) para las SAS que se registren en la Supercías de manera electrónica se generan de manera automática.

El abogado societario Roberto Salgado explica que esta modalidad de empresas tuvo su origen en Francia y en 2008 fue acogida en Colombia, mediante una normativa legal, que sirvió de modelo para su implementación en Ecuador.

Salgado advierte que si bien el trámite de constitución la convierte en una opción muy competitiva, esto no garantiza el éxito de la compañía a futuro, el cual se podrá medir en mínimo tres años.

“Si se crearon para los emprendedores, es necesario que se brinden las herramientas necesarias para su desarrollo, se requiere de financiamiento”, recalca. La Ley de Emprendimiento e Innovación establece que el Estado puede otorgar créditos, a través de la banca pública, siempre que estén inscritos en el registro de emprendedores. La norma también habla de inversiones de capital semilla para emprendedores.

Sobre los requisitos de constitución, Salgado cuestiona que no sea obligatorio la declaración de objeto social. “Toda sociedad debe tener una actividad”.

Gustavo Ruiz, presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi), coincide en que aún es temprano para medir los resultados de las SAS, pero reconoce que su creación ha facilitado la formalización de emprendimientos, lo que les permite ingresar a ciertos mercados, como hacer negocios con industrias grandes. De igual manera, añade, les facilita acceder a compras públicas.

“Al generar contabilidad ya el negocio se vuelve sujeto de crédito porque el banco lo primero que pide son los balances”, comenta sobre otro de los beneficios de registrarse como empresa.

Comercio y servicios es el sector que más ha inscrito firmas SAS (27%). Le sigue actividades profesionales, científicas y técnicas.

El sector comercial empujó la generación de nuevos negocios

Guayas es la segunda provincia que registra un mayor número de Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) constituidas a escala nacional. El ranking, según la información de la Superintendencia de Compañías, lo lidera Pichincha.

El posicionamiento de Guayas se sostiene, en gran parte, por la influencia comercial que le inyecta su capital Guayaquil. Este sector aporta con el 13% al Producto Interno Bruto (PIB) cantonal.

Para Miguel Ángel González, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG), varias razones explican el porcentaje que se concentra en la provincia. Por un lado, es la más poblada del país lo que implica un mayor mercado que en otras provincias. Otro motivo es que hay mayores facilidades para el comercio, desde el punto de vista logístico. En la provincia se encuentra uno de los principales puertos marítimos, lo que facilita el comercio con el resto del mundo.

González explica que en medio de la pandemia muchos negocios tuvieron fuertes problemas de liquidez y recurrieron a endeudarse con el sistema financiero privado, para solventar dicho problema. Sin embargo, los negocios que no están formalizados no pueden acceder a estas fuentes de financiamiento. “Formalizar de forma fácil y rápida les abre una ventana de beneficios. En este caso el financiamiento”, dijo.

Para la abogada societaria Alejandra Cevallos, los indicadores que presentan las SAS sobre el incremento paulatino de constituciones de empresas dan cuenta de que está cumpliendo con su objetivo: impulsar la economía e incentivar actividades productivas individuales que contribuyan a resolver la necesidad de los ecuatorianos de potenciar sus emprendimientos y generar empleos.

Melissa Ruíz, Ronald Alcívar y Lissette Empuño accedieron a este beneficio en julio del año pasado. A través de esta herramienta, los emprendedores formalizaron la importadora Laguna Store, que se creó en Guayaquil a inicios del 2020.

Esta alternativa les ha permitido cerrar contratos con más celeridad y ampliar su catálogo de clientes a escala nacional. La pequeña empresa, que hasta el momento no cuenta con espacio físico, importa y comercializa artículos para el hogar e implementos tecnológicos desde China, Estados Unidos e India.

Las firmas creadas van de la producción a la importación

Azuay es la tercera provincia con más sociedades por acciones simplificadas (SAS) constituidas. Entre mayo del 2020 y el mes pasado se formaron 513, lo que representó el 7,22% del total nacional, de acuerdo con la Superintendencia de Compañías.

La plataforma digital de asesoría legal Ulpik ayudó a la constitución de 40 de estas sociedades durante el último año. De estas, el 50% tiene su sede en Azuay, señala el abogado Nicolás Muñoz, quien fue presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Azuay.

“Más del 90% de las compañías que hemos constituido mediante la SAS no han tenido inconvenientes. Al no existir costos de registro mercantil y notario, el precio es accesible. Antes, existían diferencias de criterios entre las oficinas (Quito, Guayaquil o Cuenca). Tenemos un estatuto modelo, pero en cada oficina tenían un criterio, que ahora ya se está unificando”, dice Muñoz.

Según él, el proceso se demora tres días laborables, pero el interesado enfrentaba retrasos para obtener el RUC. “Allí había un problema, que ya se está solucionando con los trámites en línea”. Para Muñoz, las empresas creadas se dedican a actividades diversas, desde las vinculadas al cáñamo hasta las comercializadoras, importadoras o firmas de servicios.

El perfil de las personas que optan por esta vía también es variado. “Los jóvenes ya conocen este sistema mediante las redes sociales y las personas mayores algo han escuchado, por lo que son asesoradas de acuerdo con sus necesidades. Como la mayoría de las empresas en el país son familiares es una buena opción”.

Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, comenta que es positivo permitir la creación de una empresa de una forma sencilla y espera que cuando se supere la pandemia existan mejores resultados. “Pero es un proceso que también requiere una respuesta rápida en los cambios de razón social”.

Puso como ejemplo que su gremio traspasó a SAS a la Sociedad de Fomento Empresarial Industrial. Según Robalino, el trámite duró varios meses. “Aunque exista una normativa para crear de forma más rápida, nuestra aprobación duró muchos meses”. Esta sociedad busca zonas industriales fuera de Cuenca y el 2020 se cambió para ofrecer más servicios.