El síndrome de la cabaña implica no querer salir de casa ante el temor de un contagio o un mal empleo

Imagen referencial. El síndrome de la cabaña implica no querer salir de casa ante el temor de un contagio o un mal empleo. Foto: Pixabay

El miedo de volver al sitio de trabajo

28 de mayo de 2020 13:01

Ivanna es empleada privada con un trabajo que la obliga, de manera casi permanente, a tener contacto con personas. Se muere del miedo de que una vez que se levanten todas las restricciones por covid-19 tenga que dejar su casa y volver a su actividad regular en el exterior.

Tiene el denominado síndrome de la cabaña o de la cueva, una situación que cientos de personas en el mundo, que han estado en cuarentena, la están enfrentando.

Belén Álvarez, psicóloga clínica con especialidad en Psicología Jurídica y Forense, explica que es una reacción ante la obligación de salir de la zona de confort o de un hábito que se generó al pasar en casa durante mucho tiempo.

Ella dice que lo que genera el miedo es la incertidumbre. Hay personas que consideran que aunque se protejan o hayan reducido los contagios pueden infectarse. Al cerebro eso le angustia y le genera estrés y elevada ansiedad.

Precisamente, eso es lo que siente Ivanna, quien vive en Guayaquil. “Pude cumplir 60 días de cuarentena sin salir, ni tener ningún tipo de contacto con el exterior. Me tocó salir de emergencia el día lunes y para mí fue muy impactante ver como afuera ‘no pasa nada’. Eso realmente me preocupa, porque siento que en muchos casos la gente ha perdido mucho cuidado en las normas, como cumplir la distancia, el lavado de manos constante o la precaución de tener contacto con otros. Regresar al trabajo es volver al día a día; aunque no queramos, el riesgo será muy alto. Pese a que yo me cuide no sé si lo esté haciendo también otro”.

Esta, sin embargo, no es la única razón que genera miedo. Hay personas que se dieron cuenta que pueden realizar su trabajo muy bien desde casa y, a la par, lograron un equilibrio con su vida familiar. Regresar a la oficina implica una ruptura a este logro alcanzado.

Para otros, el temor viene por el lado de tener que regresar a un empleo en el que las cosas no iban bien, explica Pedro Flor, docente de Psicología de la Universidad de las Américas. Existen casos de trabajadores que no tenían una buena relación con jefes o compañeros o se encontraban desmotivados por causas profesionales.

“Siento que hago un buen trabajo y me gusta siempre dar ideas nuevas. Sin embargo, nadie las toma en cuenta. Por otro lado, en casa me he sentido más productiva, porque hago mi trabajo y cuido de mi familia. He podido pasar más cerca de ellos y ha sido lindo”, dice la empleada privada Adriana.

Al tener empleados con este síndrome habrá un impacto en dos segmentos de cualquier organización: el clima laboral y la productividad del personal.

Oswaldo Paredes, gerente de HR & SS Consulting, explica que el miedo y la inseguridad llevan a que la persona se desconcentre. Explica que mucha gente, particularmente la que tenía antes contacto con público, podría negarse a hacerlo para evitar el riesgo o bajar los estándares de antes.

También es posible que haya gente que termine renunciando a sus trabajos, porque al volver no llegarán a encajar en una lógica de rigidez y verticalidad. “Pueden sentirse desanimados. Tal vez al teletrabajar podían organizar mejor sus tareas y en la oficina no.”

Otro de los temores que tiene la gente es a perder su empleo o enfrentar ajustes en el mismo. Los empleados temen que al volver les hagan anuncios que impacten su economía o sus rutinas laborales.

Esta inestabilidad, a decir de la psicóloga Álvarez, puede generar a corto o mediano plazo cuadros de ansiedad o, en el peor de los casos, enfermedades mentales. Lo primero es posible aliviarlo con ejercicios de concentración o respiración, para enfocarse.

Javier Verdesoto, CEO de Nexos Talent EFH Ecuador, explica que es importante una guía para que las personas se acostumbren a su lugar de trabajo y a los nuevos mecanismos para laborar. El apoyo psicológico y la empatía de los empleadores son fundamentales.

“Debe haber total comunicación. Hay que escuchar a los trabajadores, más aún si han enfermado o ha fallecido algunos de sus parientes”, indica el experto.

Explica que de nada van a servir las medidas de seguridad si no se impulsa una mentalidad positiva.