En la planta de Surfco en el norte de Quito, los colaboradores moldean piezas de acero inoxidable en máquinas de control numérico computarizado de alta. Foto: Patricio Terán / LÍDERES

En la planta de Surfco en el norte de Quito, los colaboradores moldean piezas de acero inoxidable en máquinas de control numérico computarizado de alta. Foto: Patricio Terán / LÍDERES

Alberto Araujo
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Un soporte para extraer petróleo

14 de febrero de 2016 15:01

La idea surgió en la mente de un estadounidense a finales de los años 90. El ingeniero químico-matemático nacido en el estado de Kansas, Leo Schraeder, llegó al Ecuador hacia 1981, con la empresa de insumos químicos Petrolight, que trabajaba para Texaco.

En esa empresa norteamericana que operaba los campos petroleros en Ecuador en consorcio con Cepe, conoció a Greys Amores y se casó con ella, para establecerse definitivamente en el país.

Pero en su mente y corazón, Leo Schraeder tenía las ganas de emprender e identificó una necesidad en los sistema eléctricos que se utilizaban en el país, para dar energía a las bombas electrosumergibles de los pozos petroleros.

Cuando un campo comienza a producir, el yacimiento donde se aloja el petróleo tiene energía propia generada por la presión subterránea. Es decir que cuando se perfora el yacimiento, el petróleo que se aloja en su interior fluye hacia la superficie de forma espontánea y sin requerir de mecanismo artificial alguno.

No obstante, cuando los campos ya son antiguos -como es el caso de la mayoría de áreas petroleras en el Ecuador que ya llevan más de 30 años en producción- se requiere de un sistema de levantamiento artificial.

Es decir, con la ayuda de una bomba hidráulica, mecánica o electrosumergible se extrae el petróleo que naturalmente ya no puede fluir del yacimiento.

En el funcionamiento de las bombas electrosumergibles entran los conectores eléctricos que Leo Schraeder comenzó a diseñar en 1998. Él se dio cuenta de que los conectores tradicionalmente utilizados no eran muy eficientes, tenían puntos vulnerables y demoraban mucho en instalar.

Sin embargo, no fue hasta el año 2010 que decidió hacer una inversión con un grupo de socios para comenzar a producir y patentar este tipo de conectores eléctricos.

Es así que creó la empresa de soluciones de ingeniería Surfco de quien es gerenta su hija Natasha Schraeder y que poco a poco se ha abierto campo en el sector petrolero del país con productos fabricados en el Ecuador.

Natasha Schraeder explica que la firma ecuatoriana fabrica alrededor de 40 piezas que conforman estos conectores.

Con máquinas de control numérico computarizado, los trabajadores de Surfco moldean cilindros de acero inoxidable, aluminio y material similar al plástico que soportan altas presiones, voltajes y temperaturas, para crear las piezas que conforman los conectores eléctricos de las bombas para los pozos petroleros.

Estos sistemas de conectores eléctricos básicamente cumplen la función de llevar la energía desde la superficie a las bombas que extraen el petróleo en el subsuelo.

El sistema está conformado por una suerte de tubería de acero inoxidable, que tiene un diámetro de unos 3 centímetros y una altura cercana a un metro.

Este tubo tiene el nombre de ‘Hanger’ y recibe en su interior un cable trifásico que alimenta de energía a la bomba. El cable a su vez se enchufa con una especie de martillo llamado ‘Cobra’, que a su vez se conecta con un transformador que entrega la energía.

Al menos tres ventajas tiene este producto de fabricación nacional con respecto a sus directos competidores de marca extranjera, indica Natasha Schraeder.

En primer lugar no requiere de empalmes o conexiones manuales del cableado, que sube de la bomba del pozo hacia la superficie. En su lugar, los conectores de Surfco tienen un sistema de enchufe mucho más seguro. Ya que el petróleo que se extrae sale también con gas, el sistema de enchufe es más seguro y evita posibles explosiones, dice la Gerenta.

Adicionalmente, el sistema presenta una serie de sellos y está recubierto por dos líquidos o epóxicas que evitan cualquier entrada de gases del pozo y de esta manera previene explosiones.

Finalmente, este sistema se puede instalar en una hora y media, lo que implica un ahorro significativo de costos y de tiempo, en relación con los sistemas de conectores tradicionales que tardan entre tres y cuatro horas en instalarse.

Ramiro Añazco, gerente de operaciones de Pañaturi, empresa que brinda servicios en el bloque 15, destaca que los conectores de Surfco son muy confiables y han pasado pruebas rigurosas en los pozos donde trabajan.

La empresa ha instalado más de 400 equipos, principalmente en los campos de Petroamazonas.