Entrevista a Pedro Romero, catedrático de la USFQ. Foto: LÍDERES

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Pedro Maldonado
 (I) Editor del Semanario LÍDERES
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Pedro Romero: Subir la gasolina es medida fiscalista

14 de enero de 2019 17:42

Pedro Romero, catedrático de la USFQ, analiza la dependencia de los subsidios a los combustibles y habla del efecto que su eliminación pueden tener en la economía ecuatoriana. Cree que el país se acostumbró a las subvenciones y que se requieren más medidas.

El debate de los subsidios a los combustibles está nuevamente en la mesa. ¿El subsidio a los combustibles ha estado bien enfocado o no?

El subsidio a los combustibles nunca estuvo focalizado, es decir que cualquier persona que tuviese un vehículo, propio, alquilado, de transporte, con distintas clases de combustible, recibía un precio subsidiado, indistintamente de su condición socioeconómica, su formación o su ubicación. El requisito era tener un vehículo. En ese sentido, era un subsidio generalizado, no focalizado. Ahora se discute el tema y se pretende que ciertos sectores tengan un subsidio focalizado, lo que sería algo nuevo para el país. Que los taxistas tengan un subsidio no cabe, porque ellos no son un transporte público y la mayoría de la población no usa taxis. Ese es un tema político, no técnico.

¿Qué implica esto para las personas?

Cualquier persona con un vehículo ahora tendrá que estimar con precisión el uso que le da. Antes salía tres o cuatro veces al día, pero ahora, con la gasolina más cara, tendrá que optimizar el vehículo, reducir sus viajes. Otros pensarán en compartir con la familia o con compañeros de trabajo, usar aplicaciones de transporte.

Habrá que ser más eficiente en el uso del vehículo

Eso es bueno. Por otro lado, las personas que piensan comprar un auto por primera vez calcularán el consumo a la semana o al día. Eso implica tener en cuenta el precio del vehículo, el mantenimiento y la gasolina. Entonces, puede ser que esto haga que menos ve­hículos circulen en las calles, que la gente compre vehículos más pequeños o eficientes y que tengamos menos contaminación en el ambiente.

¿Históricamente Ecuador ha sido muy dependiente del subsidio a los combustibles?

Desde los años 70 existe el subsidio, tal como en otros países petroleros. Eso ha conllevado a que la gente subestime el verdadero costo de un vehículo y compre un 4x4, un V6 o un V8, pero ahora quizás la gente piense diferente. Por otro lado, nos hemos acostumbrado a vivir de estos subsidios y por eso hay la lucha de los taxistas u otros grupos que se oponen a la eliminación. También es cierto que con los ‘booms’ económicos no importaba el precio o el subsidio, pero ahora, con la economía estancada, la gente ya se queda sin el ‘colchón’ de la subvención. Entonces un negocio, como un taxi o una flota de camiones, tratará de compensar el incremento del combustible reduciendo costos por otro lado y allí es donde se debe enfocar la discusión, en hablar de reducción de aranceles para partes y repuestos de vehículos que elevan el mantenimiento, por ejemplo. Son mecanismos de sustitución.

¿Qué tanto daño le han hecho los subsidios al país?


Si uno se acostumbra a una ayuda que ha durado más de 40 años hay problemas. Pero si es temporal es distinto. Con esta clase de ayuda es como que no queremos valernos por nosotros mismos. Los precios internacionales del petróleo han bajado y eso se refleja en los precios de la gasolina en países como EE.UU. El precio internacional promedio de un galón de gasolina está en cerca de USD 2,30, pero acá se paga USD 2,50. Ese diferencial se convierte en un impuesto que se está llevando el gobierno. Entonces me preocupa bastante que el precio del combustible se convierta en un mecanismo de corto plazo para financiar al gobierno en su apetito por liquidez, por financiar el gasto.

¿Estamos ante algo más que una medida necesaria?

Por eso creo que es un medida fiscalista y entonces el gobierno pude pensar usar este precio para financiarse en el corto plazo. Lo malo es que los combustibles y otras cosas los proveedores los llevan por transporte; inevitablemente puede generarse un efecto de que se repercuta en los precios y en el actual escenario, en el que la gente siente que el salario no le alcanza, la gente va a reducir la demanda y eso nos va a estancar aún más. De eso el gobierno no está diciendo y haciendo nada. Solo está pensando en cancelar las cuentas a fin de mes y no está pensando en la economía.

¿No es entonces una medida técnica y que debería estar pensada en el largo plazo?

Pienso que hay que eliminar los subsidios, pero la manera en la que se lo está haciendo no es completamente técnica. Primero porque el precio sigue siendo controlado por el Estado y está por encima de los precios internacionales y, por otro lado, el hecho de que el Gobierno no se preocupe de reactivar la economía y pensar todo desde el punto de vista fiscalista.

En todo esto, ¿cómo van quedando el dueño de un vehículo y las personas que temen incrementos de precios?

No hay víveres en Ecuador que no se transporten por tierra, así como bienes que llegan a los puertos. Todo eso se puede encarecer relativamente y ese incremento se va terminar trasladando a los precios finales. La gente va a ver que su sueldo no le alcanza, va a bajar la demanda y la economía va a estar más estancada, con un posible aumento de desempleo. Inicialmente aún no se reflejan todos los efectos, pero con los días las personas van a ver que los alimentos suben de precio porque el transportista cobra más. Lo que no se está haciendo es, luego de eliminar subsidios, reducir aranceles en el sector automotor.

¿Qué otras medidas se pueden esperar ahora que está empezando el año?

Me parece que el Gobierno y las autoridades han trasladado el ajuste, que era necesario luego de 10 años de exceso de gasto estatal, al sector privado. Lo que el Gobierno no ha hecho bien y se lo hemos pedido es reducir más el gasto estatal. Por ejemplo, me pregunto si vale tener aún un gobernador y un prefecto. Tal vez se puedan fusionar o una absorber a otra. También hay oficinas estatales sin uso, obras abandonadas o con problemas. Entonces, faltan reformas relevantes para sacarnos de esta situación económica. En lo laboral también se requieren reformas para que las empresas puedan contratar a tiempo parcial; hay estudiantes que pueden trabajar a medio tiempo, pero no lo hacen porque las leyes se lo impiden. Esa reforma, que parece tan básica, no se la ha hecho.

Sin embargo, distintos actores reconocen los esfuerzos del Gobierno para equilibrar las cuentas y de haber incluido más empresarios en el Gabinete presidencial.


En la parte económica me parece que todo se ha quedado en imagen, sin desmerecer los esfuerzos del actual Ministro de Finanzas. Los planes no han sido los adecuados y no han repercutido en un impacto positivo en la economía. Me parece que las medidas tomadas aún son tibias y solo se han enfocado en pasarle el ajuste al sector privado . Este año se mantiene una brecha grande y las autoridades no han detallado los ajustes. Lo que importan son las acciones, no solo la imagen que proyecte el gobierno.

Hoja de Vida

Formación. Economista con especialización en Finanzas, Escuela Superior Politécnica del Litoral, 2003. Tiene un MA en Economía, de la George Mason University, obtenido en el 2007. PhD en Economía, George Mason University, 2009.

Docente.  Desde el 2009 se vinculó como profesor en la Universidad San Francisco de Quito. Es investigador del Instituto de Economía San Francisco Business School. Utiliza métodos de investigación desarrollados por la ciencia de la complejidad y la economía experimental.
Trabajó en Solbanco y en el Instituto Ecuatoriano de Economía Política, con sede en Guayaquil.