Daniel Romero , en el taller de Alpha Custom Drums en El Labrador.

Daniel Romero , en el taller de Alpha Custom Drums en El Labrador. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Él le da un toque de color a los tambores

19 de julio de 2019 10:20

La pasión de Daniel Romero por la música y su creatividad impulsaron a este emprendedor a fabricar tambores personalizados.

Luego de dejar su trabajo como ingeniero automotriz, en el 2011 se dedicó a fabricar prototipos de tambores. Tenía experiencia, porque a partir de los 16 años empezó a modificar su batería.

En este proceso empleó acrílico y un material diferente a la madera que se utiliza tradicionalmente, para hacer el cuerpo de este instrumento musical. Inicialmente, invirtió USD 1 500.

La versatilidad del acrílico le permitió obtener un resultado final novedoso. Así, abrió Alpha Custom Drums, en enero del 2014.

En el ensamblaje de estos instrumentos musicales se emplean partes que son importadas. Por ejemplo, la superficie donde se golpea, la base y otras.

Estas son elaboradas por Aquarian, una empresa en Estados Unidos, por pedido de Alpha Custom Drums. Por eso, se incluye la marca de esta última en estas piezas.

El resto del trabajo se complementa utilizando acrílico y aluminio en el taller que tiene Romero, CEO de Alpha Custom Drums, en El Labrador, en el norte de Quito. Allí trabaja con cinco personas.

En este sitio, con una alta precisión e imaginación, se crean los diseños. Para el cuerpo del tambor se puede optar por colores vivos o neutros. En total, tiene 24 alternativas. Si el cliente prefiere se hacen motivos personalizados o se colocan luces led.

Rafael Rengifo, asistente de diseño, menciona que desde hace tres años realiza los grabados que solicitan los clientes en los tambores. Dependiendo de la complejidad se toman hasta tres horas para plasmarlos usando un láser especial en. “Cuando se obtiene el resultado final es chévere”:

La altura de estos equipos se puede también elegir. Todo depende del matiz musical que busquen los artistas. La superficie tiene un diámetro de 14 pulgadas. Más adelante, desarrollará nuevos modelos para otros tamaños.

“El material de los tambores es resistente. Además, el sonido que se obtiene es especial”, expresa Romero, de 35 años.

En promedio, solo en acrílico se invierten USD 600 al mes.

Los principales clientes de Alpha Custom Drums son bateristas, porque este instrumento es parte del set de una batería.

El ensamblaje de este instrumento se hace bajo pedido. Este proceso dura una semana, porque se requiere del uso de máquinas especiales. La capacidad de producción es de ocho unidades al mes. Estas tienen garantía sobre defectos de fábrica. Y también se brinda mantenimiento.

Las ventas se hacen en tiendas de Quito y Machala. Para otras ciudades se hacen envíos.
El precio base de un tambor es de USD 399. Pero varía según la altura y el nivel de personalización. Esto le permite facturar alrededor de USD 3 000 al mes.

Actualmente, la marca auspicia a nueve bateristas profesionales de Ecuador y de Estados Unidos. Pero también estos tambores han sido solicitados por artistas de México, Colombia y Perú.

Félix Cueva, baterista de Madbrain, comenta que desde hace tres años usa estos tambores. “Ha sido una experiencia excelente. Me gusta la calidad, el diseño”.

Aparte de los tambores, Alpha Custom Drums comercializa desde el 2017 ropa estuches para las baquetas y accesorios.

Más adelante espera ensamblar baterías completas personalizadas. Actualmente, se están haciendo los prototipos. Y en el corto plazo, la meta es expandirse en los países vecinos.