Imagen referencial. Un 50% de la población en el mundo no tiene acceso a servicios financieros, es decir una cuenta bancaria formal según datos del 2017 del Banco Mundial. Foto: Archivo / LÍDERES

Imagen referencial. Un 31% de la población adulta en el mundo no tiene acceso a servicios financieros, es decir una cuenta bancaria formal.Foto: Archivo / LÍDERES

La tecnología impulsa la bancarización en la región

14 de julio de 2020 13:47

A través de la tecnología se está logrando remover los obstáculos que existían con relación a la inclusión financiera. Así lo indicó Jorge Rubio, líder global de finanzas inclusivas de Citi.

La información la dio este 14 de julio del 2020 durante una presentación virtual.

Sus afirmaciones se sustentan en el reporte GPS, bancarizando al siguiente millón, elaborado por la entidad bancaria.

Según datos del Banco Mundial del 2017, explicó, un 31% de la población adulta en el mundo no tiene acceso a servicios financieros, es decir una cuenta bancaria formal. Sin embargo, en América Latina ha habido un avance importante en los últimos siete años.

“Se espera que en los próximos tres años, el número de no bancarizados caiga de 1 700 millones a solo a 1 000 millones. Es decir, 700 millones de persona se espera que se sumen al sector financiero formal”, comentó.

Uno de los retos para lograrlo, sin embargo, es la brecha de género. En la región, existe una diferencia, entre hombres y mujeres, de entre 5% y 6% en cuanto a la tenencia de cuenta bancaria.

Rubio explicó que otro de los obstáculos de bancarización es que las personas no tienen el dinero suficiente para mantener los balances que se requiere (34%), los costos (18%), la distancia o no existencia de sucursales bancarias (13%), entre otros.

A pesar de las barreras, sin embargo, ha habido mecanismos tecnológicos que poco a poco están acercando a la gente al sistema financiero. Rubio destacó el caso de Ecuador, al que catalogó como precursor del desarrollo de los corresponsales no bancarios.

“Son tiendas que ya venían vendiendo tiempo aire y luego se convirtieron en sucursales bancarias para colocar créditos, seguros, hacer pagos de servicios, etc”, indicó.

Para Citi, las tiendas son actores muy importantes para la inclusión. Sin embargo, la mayoría no ha logrado incorporar la tecnología para sus propios procesos y siguen cobrando en efectivo, asunto que por cuestiones de covid-19 no es del todo segura.

El líder de Citi asegura que esto no se ha logrado por comportamientos históricos: negocios familiares que han venido operando de esa manera por generaciones.

Cambiar el comportamiento no es sencillo, dice. “Requiere de la colaboración de todos los actores: bancos, empresas de tecnología, multinacionales de venta de productos, etc. Necesitan motivaciones reales. Otro aspecto que influye en el problema es la cuestión fiscal; muchos tenderos operan en la informalidad. No quieren que su información se digitalice y tengan que ser fiscalizados. Se requiere también el apoyo del Gobierno ahí”.

Otro elemento que impulsa a más gente a tener cuentas o tarjetas es el hecho de la aparición de plataformas de servicios de transporte, de comida, de traslado de productos, etc., cuyos pagos, usualmente, se los hace de manera digital.

Asimismo, aunque no es un modelo digital, la entrega de microcréditos, principalmente en la subregión andina, ha permitido que más personas se bancaricen. “Atienden a la base de la pirámide, son profundos en su penetración en zonas rurales”.

Estas entidades todavía no operan del todo en plataformas digitales, pero ya comienzan a utilizar ciertas herramientas para mezclar con el modelo tradicional.

La pandemia es otro de los factores que ha impulsado a que tanto los bancos como las personas utilicen la tecnología para una mayor participación. En algunas zonas rurales, donde funciona el microcrédito grupal, particularmente en Perú o Bolivia, se ha hecho reuniones a través de WhatsApp entre los beneficiarios de créditos y sus agentes.