La empresa confecciona ropa de mujer y la distribuye en todo el país.

Cinthya Cóndor junto a su mamá en el taller de costura en el que elaboran los diseños de las prendas.

Una tienda de moda en línea que surgió en la crisis

12 de octubre del 2021

Con un capital de USD 300 y a mitad de la pandemia de covid-19, Cinthya Cóndor decidió cumplir su sueño de abrir su propia tienda de ropa para mujer.

Cinthy Ec. es una marca que se creó para elaborar y comercializar prendas femeninas a través de las redes sociales. Su creadora, una joven de 26 años que se autoeducó en el mundo de la moda, comenta que inició con el emprendimiento luego de pasar por algunos problemas familiares.

Antes de abrir la tienda renunció a un trabajo en el que no se sentía valorada y decidió enfocarse en ella y en encontrar una actividad que le devolviera la esperanza y los sueños. Su madre le transmitió el gusto por la moda y recordó que desde adolescente confeccionaba sus propias prendas, por lo que decidió dejar su carrera de Trabajo Social y dedicarse por completo al diseño de prendas de vestir.

Su negocio lo inició comprando telas y otros insumos con el dinero que recibió como liquidación. USD 200 los invirtió en materia prima y los otros 100 en elaborar etiquetas y diseñar la marca.

Los primeros meses, ella misma elaboraba los moldes, cortaba, cosía las prendas y las entregaba a sus clientes en sus domicilios.

Para que la marca crezca tuvo que investigar y aprender sobre marketing digital y abrió una página en Instagram y otra en Facebook con una escasa inversión en publicidad hasta conseguir sus primeras clientes.

Ella cuenta que no se animaba a destinar más recursos por miedo a que la marca no funcione. La primera prenda que sacó al mercado fue un overol negro que ella misma diseñó. Comenta que los primeros meses, para expandirse en el mercado, recurrió a descuentos y promociones.

Desde entonces ha elaborado más de cinco colecciones de ropa y su negocio ha crecido considerablemente. Pasó de utilizar uno de los cuartos de su casa, ubicada en el norte de Quito, a alquilar un local que funciona como taller para guardar la tela y realizar los cortes y modelos de las prendas. Además, contrató a ocho personas que le ayudan con la producción de las prendas.

El negocio se convirtió en un emprendimiento familiar. Su madre es la encargada de realizar los moldes y el patronaje de las prendas, su hermana está a cargo del empaquetado y entrega de los productos y ella se dedica por completo al marketing digital.

Al inicio el promedio de ventas mensuales bordeaba los USD 400, mientras que, en la actualidad, el emprendimiento factura más de USD 1 000 a la semana y realiza envíos a todo el país, incluido el archipiélago de Galápagos.

Cinthya Cóndor reconoce que una de sus ventajas es que, al ser productores directos, los precios de venta al público son más bajos que los que se encuentran en las tiendas físicas o en las ventas por catálogo. Las prendas se comercializan desde los USD 10.