Ana María Pilamunga, técnica del Gobierno Provincial de Chimborazo, supervisa el criadero de la familia Yucailla, en la comunidad El Retorno Las Palmas, en Pallatanga.

Ana María Pilamunga, técnica del Gobierno Provincial de Chimborazo, supervisa el criadero de la familia Yucailla, en la comunidad El Retorno Las Palmas, en Pallatanga. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Cristina Marquez
Redactora (I)
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Las truchas, la nueva opción de los agricultores

21 de junio de 2019 09:59

Los proyectos piscícolas se incrementaron en el 2018 en Chimborazo. La abundancia de agua sin contaminación en los páramos y la buena acogida de las truchas en el mercado son las razones que motivaron a más campesinos a cambiar sus actividades agrícolas por la crianza de truchas.

En esa provincia, situada en el centro del país, más de 200 familias recibieron ayuda del Gobierno Provincial para iniciar sus emprendimientos piscícolas, y se calcula que hay al menos otros 67 proyectos independientes.

“En el 2014, cuando empezamos a fomentar la piscicultura, solo teníamos siete emprendimientos familiares y comunitarios. Pero cada vez han llegado más interesados a solicitar apoyo”, explica Ana María Pilamunga, técnica de la unidad de Fomento Productivo.

Ella cuenta que los habitantes de las comunidades encontraron en la abundancia de agua una oportunidad para emprender. De hecho, el requisito más importante para iniciar un criadero de truchas es contar con agua sin contaminación y que se capte de una corriente para que se oxigene constantemente.

“Antes solo utilizábamos el agua de la vertiente para uso doméstico. Hoy tenemos tres piscinas de crianza”, cuenta Alfonso Yucailla.

Él y su familia aprovecharon un espacio libre en el patio de su casa para construir tres piscinas. Invirtieron cerca de USD 900 en la compra de materiales para impermeabilizar el suelo; también recibieron ayuda del Gobierno Provincial, los técnicos les entregaron alevines y les capacitaron.

“Aprendimos a cuidar a los peces, nos enseñaron cómo alimentarlos y las condiciones higiénicas de los tanques”, dice Yucailla.

Humberto Yucailla trabaja con cuatro miembros de su  familia. Tiene cuatro tanques de truchas y comercializa 50 kilos a la semana.

Humberto Yucailla trabaja con cuatro miembros de su familia. Tiene cuatro tanques de truchas y comercializa 50 kilos a la semana. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES


Los cinco miembros de su familia se integraron al emprendimiento. Sus hijos incluso se turnan para cuidar de los peces y luego venderlos, así evitaron migrar de su comunidad El Retorno Las Palmas, en Pallatanga.

La familia comercializa 30 kilos de truchas cada semana y casi no necesitan salir de su casa para vender los peces. Los compradores más frecuentes son los propietarios de restaurantes y turistas que llegan desde Guayaquil, Bucay, Pallatanga y Riobamba.

“Algunos disfrutan de la pesca recreativa y vienen para pescar sus propios peces. Por eso soñamos con tener un espacio turístico, cabañas y un restaurante”, dice Humberto Yucailla, otro emprendedor de Pallatanga.

Pilamunga explica que la demanda de la trucha está insatisfecha en el mercado local, por lo que es un producto de alta rentabilidad. Otra potencialidad es el tiempo de ‘cosecha’ de los peces. La variedad de truchas que prueban los emprendedores es nativa de la zona andina y se cosecha entre los seis y siete meses.

“Es como un cultivo de ciclo corto. En los climas más cálidos, suele estar lista hasta en cinco meses”, dice Humberto Yucailla.

Cada emprendimiento busca distinguirse. En Rumipamba funciona un negocio comunitario, allí los socios reemplazaron el balanceado por alimentos orgánicos para las truchas.

“Utilizamos exclusivamente zanahoria rallada y verde troceado. Así les ofrecemos a nuestros compradores un pescado totalmente natural, la carne tiene un sabor único”, dice Alfredo Sagñay, presidente de la comunidad.

Allí habitan 142 familias que dependen de la agricultura y la ganadería para subsistir. En el 2013 decidieron alternar sus actividades con la piscicultura.

“Cuando empezamos no teníamos mercado para vender las truchas. Tampoco sabíamos cómo cuidarlas apropiadamente, pero en los últimos cinco años el negocio se ha incrementado. Ahora los clientes incluso nos buscan en la comunidad”, cuenta Sagñay.

Uno de los mercados predilectos para los productores de truchas son las ferias artesanales que se organizan cada viernes en los exteriores del Gobierno Provincial. Los emprendedores se turnan para acudir, y casa semana se comercializan entre 60 y 70 kilos de truchas. Cada kilogramo se vende por USD 5.

Los emprendimientos de truchas están en 12 comunidades de Riobamba, Pallatanga, Guamote, Colta y Alausí, la mayoría está en las zonas altas. La piscicultura se considera una actividad amigable con los páramos.