Las instituciones de educación superior trabajan para sumarse al mundo digital y para mantener la calidad de su oferta. Foto: Freepik.com

Las instituciones de educación superior trabajan para sumarse al mundo digital y para mantener la calidad de su oferta. Foto: Freepik.com

La universidad ecuatoriana innova en medio de retos

28 de enero de 2020 11:05

La realidad de las universidades ecuatorianas está marcada por desafíos y por un proceso de evolución. Incorporar tecnologías en las aulas, ser más inclusivas, conectar con el sector empresarial, estar al tanto de tendencias globales y mejorar la tasa de estudian­tes son algunos de los retos.

En Ecuador, hasta el 2018 se contaban 60 universidades y escuelas politécnicas. 33 eran públicas, 19 particulares autofinanciadas y 8 eran particulares cofinanciadas, según datos de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).

La entidad detalla que la tasa de matriculación en educación superior universitaria en el 2018 fue de 20,2%, del total de la población con edades comprendidas entre 18 y 24 años. Además, se ofertaban 1979 carreras hasta finales del 2018.

En medio de este panorama existen avances. Por ejemplo, en las aulas ya se habla de la cuarta revolución industrial, así como de la economía naranja. También se cuenta la formación dual que promueve una educación técnica avanzada en la que los beneficiados son las empresas y los estudiantes universitarios que están por ingresar al mercado laboral.

Los expertos saben que hay un recorrido destacable, pero también están conscientes de que falta cumplir tareas. Juan Manuel García-Samaniego, director del Área Biológica de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), comenta que las universidades sí generan planes y procesos para alcanzar sus funciones de investigación, docencia y vincu­lación con la sociedad. “Esto exige que se apliquen procesos de innovación social e innovación científica en campos de ciencia aplicada y resolución práctica de problemas sociales en las comunidades y de respuestas a las necesidades empresariales”.

Este investigador considera que la universidad se acerca a la empresa cada vez más. “Ya se apuesta por patentes e incluso asociaciones con la finalidad de apostar a sectores como la robótica, inteligencia artificial, biotecnología, nanotecnología o la Internet de las cosas. Esto obliga a la gran mayoría de instituciones de educación superior a reinventarse”.

García-Samaniego añade que las instituciones de educación superior tienen ‘materia prima’ para generar innovación. “La capacidad actual instalada de la mayoría de las universidades es bastante óptima. La exigencia de formación Doctoral en temas biomédicos, informáticos, sin desestimar los ámbitos de las ciencias sociales y humanas, permiten que el alineamiento hacia procesos innovadores sean una realidad”.

Otra mirada la tiene Nelson Baldeón, vocero del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Ecuador. Él asegura que el país tiene una gran tarea para conectarse con el mundo digital e innovador.

El primer paso es, según Baldeón, formar una generación de niños y adolescentes enfocados en las ciencias STEM ( Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y en Artes. “Esa será una base sólida que permita implementar inteligencia artificial, big data, etc, que luego se traduce en beneficios para la industria nacional”.

El representante del MIT añade aún faltan más programadores, ingenieros, desarrolladores, “la parte fuerte del mundo digital”.

En el tema específico de la industria 4.0, Baldeón asegura que ya se cuentan iniciativas o talleres, pero no existe una malla curricular sostenida que permita llegar a los llamados ‘Fab lab’ o talleres de fabricación digital en donde se desarrollan soluciones para la sociedad y las empresas. Baldeón también reconoce que si bien las carreras del mundo digital son necesarias, las universidades no las pueden ofertar si es que no existe demanda.

Silvia Aguirre, contralora académica de la Universidad Ecotec, reconoce que la cuarta revolución industrial ya está presente y que las universidades deben estar listas . “El mercado sigue evolucionando hacia un entorno donde prima la tecnología y esto no es ajeno a ninguna carrera, incluso a las llamadas tradicionales”.

Según Aguirre, las universidades tienen que estar en capacidad de identificar estas tendencias y transformaciones que se van dando en la ciencia y en el mercado, para presentar una oferta académica que permita a los estudiantes enfrentar nuevos desafíos.

Datos de la Senescyt indican que en las universidades del país las carreras se centran hoy en día en áreas como la administración de empresas, la educación y la ingeniería. Las carreras enfocadas en tecnologías de la información están rezagadas.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la universidad ecuatoriana? García-Samaniego, de la UTPL detalla: Las fortalezas son el capital humano y el recurso humano capacitado. Los jóvenes mileniales con necesidades de aprendizajes no formales que pueden ser aprovechados son una oportunidad. Además, cree que los recursos financieros y de infraestructura deben optimizarse. Una sugerencia es que las universidades consigan fondos de investigación internacional.