La Gerenta del Banco Central cree que la igualdad de género es una herramienta poderosa para generar desarrollo económico. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

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Evelyn Tapia
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Verónica Artola: ‘Generar espacios de debate es el primer paso a la equidad’

19 de diciembre de 2018 12:06


En abril pasado, Ecuador fue sede de la reunión de Presidentes de Bancos Centrales de América del Sur. En la foto oficial aparecen los representantes de los entes de 10 países. Verónica Artola Jarrín es la única mujer de la imagen.

Artola, de 37 años, es madre de dos niños, uno de un año y 10 meses y una de un mes y medio de nacida. Está al frente del Banco Central del Ecuador desde hace un año y seis meses.

Desde la sala su casa y mientras su bebé duerme, Artola cuenta que recibir la propuesta para dirigir el Central fue un sueño cumplido. Su primer trabajo fue en el BCE y a lo largo de 15 años, ocupó cargos en distintos períodos. “Es una institución a la que siempre le tuve mucho cariño”.

Ser la gerenta ha sido complejo por la coyuntura económica, reconoce Artola. Sin embargo, generar espacios de debate sobre la equidad de género y su impacto en la economía ha sido una prioridad en su agenda. Por eso, la publicación Amazon Watch la incluyó este año en el top de 100 mujeres a las que observar por su impacto en economías emergentes.

La maternidad
“Me levanto a las 04:30 para dar de comer a la bebé, a las 07:00 se levanta mi otro hijo y desayuno con él. En la noche me levanto unas tres veces por la bebé que todavía no regula su sueño. Compartir la maternidad y dirigir el Banco ha sido un reto, es doble trabajo. Cuando asumí el cargo mi hijo era pequeñito y muchas voces en mi círculo cercano me decían ‘no aceptes’, ‘con un cargo así no vas a poder’. Pero con el apoyo de mi familia y de mi esposo he podido hacerlo. Estos son pilares básicos, además, ser organizada y tener la comprensión de un jefe. En mi caso, el presidente Moreno ha tenido la comprensión necesaria y me ha apoyado”.

Equidad de género

“En mi tesis de pregrado abordé el tema de cómo la inequidad de género podría afectar el crecimiento económico. Desde hace años hay evidencia de que si hay mayor equidad de género, en el Ecuador podríamos crecer entre un 3% y 4% más. En nuestro país ya hay una política de que el 50% de las candidatas sean mujeres y otras políticas, pero no creo que sean necesarias las cuotas de género. Pienso que lo primero que se tiene que hacer es generar una conciencia social sobre la equidad de género, para que las mujeres nos sintamos más empoderadas. Muchas veces no nos gusta asumir retos por miedo a cómo vamos a combinar los temas de familia y trabajo. Yo he ofrecido puestos jerárquicos a mujeres muy valiosas, capaces, pero me han dicho que no, por temor a no poder con el reto”.

Acciones desde el BCE
“El año pasado hicimos un primer Seminario Internacional de Banca Central y un día lo destinamos a hablar sobre género y economía. Este año hicimos unas jornadas específicamente de género y economía. Es un tema que tiene impacto, pero hay voces que critican que el BCE se meta en esto. No mencionaré en qué ciudad en la que replicamos las jornadas sucedió, pero alguien nos dijo: ‘es un tema de mujeres, no voy a mandar a mis estudiantes a eso’. Son cosas que no piensas que pueden seguir ocurriendo en este siglo.
Otro paso importante es el crédito para mujeres víctimas de violencia que se implementó este año. Conversando con Rossana Alavarado, cuando era ministra de Justicia, le pregunté cómo desde el Banco Central podíamos apoyar a las mujeres víctimas de violencia, así surgió la iniciativa. Empezamos con un fondo de USD 10 millones, y hace mes y medio entregamos ocho créditos. No ha sido sencillo, muchas mujeres que necesitan los recursos se niegan a reconocer que son víctimas de violencia y a denunciar. Hemos tenido el apoyo de ONU Mujeres, que nos ha ayudado con listados”.

En el sector público
“Cuando comencé a trabajar en el Banco era la única mujer en un cargo alto, ahora en el equipo hay más equidad. Las subgerentes son mujeres y tengo a varias subdirectoras. Todavía hay cosas por cambiar, por ejemplo, que el BCE es una entidad con muchos funcionarios de carrera, hombres de edad mayor a la mía que todavía me dicen ‘mijita’. Otro tema son los horarios. En las multinacionales son flexibles con los horarios y los permisos para las madres, pero como en el sector público está la idea de que quien trabaja más horas es el mejor, es complejo.

Creen que solo si te quedas hasta tarde estás comprometido, es un chip que hay que ir cambiando. En el BCE hemos dado algunos pasos, pusimos una sala de lactancia para que los compañeros sean conscientes de que las mujeres necesitan esos espacios”.