María José Fernández, Carlos Guaita y Paz Cortez trabajan en el desarrollo de diferentes juegos de video. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

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Carolina Enriquez
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Videojuegos que ayudan a personas con discapacidad

21 de septiembre de 2018 15:06

Educación para personas con discapacidad a través de videojuegos es un desarrollo de los estudiantes de la carrera de tecnología de la información de la Universidad de las Américas (UDLA).

“Hay alta demanda de videojuegos en el mundo. La razón es que se están usando para actividades que no implican solo diversión, sino para otras como la enseñanza”, detalla Ángel Jaramillo, director del área de estudios. Y añade que están determinando cómo utilizar las características de un videojuego, que son lúdicas y enganchan, para aplicarlas en diferentes aspectos de la vida.

María José Fernández y Paz Cortez, egresadas de la carrera, desarrollaron dos videojuegos con el fin de apoyar a personas con discapacidad auditiva que quieren aprender inglés y para público en general que desee conocer sobre los componentes internos de una computadora, respectivamente.

Para acceder a ambos juegos el usuario, desde cualquier dispositivo, puede descargar la ‘app’ Roblox. Luego debe crear un usuario y su contraseña, digitar los nombres de los juegos y comenzar a aprender a través de ellos.

‘My first english game’ es el producto que desarrolló Fernández. El ambiente se desarrolla, al inicio, en una clase de inglés en la que el jugador aprende, de un tutor, palabras básicas; luego pasa a otras áreas como una de laberinto.

El juego tiene cuatro niveles que incluyen información como la de los colores, el verbo ‘to be’, oraciones , etc. La información en inglés aparece escrita, por lo que puede leer cualquier persona con hipoacusia (reducción de la audición); sin embargo, está diseñado para que cualquier persona lo use.

La futura ingeniera se demoró alrededor de seis meses en desarrollar el proyecto. El mismo tiempo usó Paz Cortez en la producción de su juego PC Travel.

Si bien este juego es apto para cualquier usuario, cuenta con características inclusivas. Entre los colores que se aprecian están los de tipo neón, que permiten que las personas con daltonismo (dificultad para identificar los tonos) puedan participar en el proceso.

El juego inicia con un personaje, que representa al participante. Se camina dentro de las distintas partes de un computador y se recolecta monedas. Estas son una señal de que hay información. “Hay también ayudantes con los que se habla y dan una explicación de lo que contiene el ordenador. Hay diálogos e, incluso, se cuenta con emoticones para que se entienda cual es el tono que se está usando al hablar. Eso es indicado para personas con discapacidad cognitiva”, explica Cortez.

Todo el juego está en inglés, porque la idea es que acceda un público más amplio que el que solo maneja la lengua española.

Lo que hace más universal a los juegos es que pueden usarlos las personas con y sin discapacidad, indica el director de carrera.

Los docentes también se encuentran en proceso de desarrollo de videojuegos para enseñanzas y obtención de información para estudio. Carlos Guaita, catedrático de la materia de aplicaciones móviles, junto con ocho alumnos trabajan en dos proyectos.

El uno des Game Ohm. Los usuarios pueden conocer qué son aspectos técnicos como el voltaje, los circuitos, etc. Cuenta con una imagen de una persona que utiliza lenguaje de señas para explicar la información, también habla. Está disponible para gente con discapacidad visual como auditiva.

El otro juego es Rukus Game, para personas de la tercera edad. Este contiene dos mini juegos. En Simón Dice los usuarios escogen los colores que asoman en la pantalla. Una voz explica las reglas del mismo. El otro es Doble o nada, una juego electrónico de memoria.

“La idea es no solo quedarnos con los juegos, sino la data que sale del mismo nos puede ayudar con un perfil de la persona de la tercera edad. El médico o el cuidador, por ejemplo, pueden conocer sobre el avance o el desarrollo de habilidades”, dice el profesor.

El director de la carrera, por otro lado, explica que la universidad es una institución de educación superior inclusiva y que busca trabaja con diversos sectores de la población. Según información de la página electrónica del Consejo Nacional para la igualdad de las Discapacidades (Conadis), al 2 de agosto de este año se registraron un total de 444901 personas con discapacidad en el país. El 46,6% son de tipo físico.