La vivienda, localizada en Los Chillos, es de 150 m². Tiene dos habitaciones, dos baños, un estudio y un ambiente de sala, comedor y cocina. Fotos: Galo Paguay /LÍDERES

La vivienda, localizada en Los Chillos, es de 150 m². Tiene dos habitaciones, dos baños, un estudio y un ambiente de sala, comedor y cocina. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES

Las viviendas de paja son ecoeficientes

13 de enero de 2021 17:28

La factibilidad del uso de fardos de paja para la construcción de viviendas sismorresistentes y energéticamente eficientes en Ecuador es el tema de una investigación doctoral de la Universidad Politécnica de Valencia, España, con apoyo de la Universidad Central del Ecuador (UCE).

El estudio lo lidera Paulina Viera, docente de Construcciones de la carrera de Ingeniería Civil de la UCE y estudiante de doctorado de la Politécnica de Valencia, quien lleva tres años trabajando en la investigación académica.

Viera explica que, aunque este material quedó en desuso con el auge del cemento, a partir de los años 70 volvió a tomar impulso en Estados Unidos, a raíz de investigaciones de bioconstructores, dando paso a normativas que regulan la utilización de los fardos de paja en la construcción. En Europa y algunos países de Latinoamérica también se está fomentando su uso.

En Ecuador aún no existe una norma que regule su utilización en la industria de la construcción, pero ya es tema de una investigación, que lleva adelante dos proyectos de casas con fardos de paja, en Quito y en Otavalo.

La investigación ha logrado caracterizar los fardos de paja que se producen en el país, los cuales se obtienen como desecho agroindustrial luego de la cosecha de cereales como el trigo y la cebada. “El residuo resultante de la cosecha se recoge con máquinas y se comprime en bloques rectangulares, conocidos como fardos de paja, que en la actualidad son subutilizados y muchas veces quemados”, explica Viera.

Se calcula que con la producción anual de trigo y cebada que tiene el país, se podría obtener la cantidad suficiente de fardos de paja para construir 10 000 viviendas al año. Sin embargo, recalca la investigadora, es necesaria la creación de una red de proveedores capacitados en la producción de fardos con las características que se requieren, en cuanto a densidad y humedad, para ser utilizados en la construcción.

Francisco Quinteros, encargado de obra en una vivienda elaborada con fardos de paja de trigo, ubicada en el valle de Los Chillos, en Quito.

Francisco Quinteros, encargado de obra en una vivienda elaborada con fardos de paja de trigo, ubicada en el valle de Los Chillos, en Quito.

Uno de los beneficios de las edificaciones que utilizan este material es la eficiencia energética, ya que los fardos son aislantes térmicos, lo que permite mantener una temperatura adecuada, sin necesidad de recurrir a aparatos mecánicos adicionales.

La ecoeficiencia se evidencia también al requerir una mínima cantidad de energía para la producción de los fardos y su posterior uso en la construcción, en comparación al cemento, añade la docente de la UCE. De hecho, los fardos de paja son sumideros de carbono, porque provienen de una planta que absorbió cantidades de CO2 en su crecimiento.

Como parte de la investigación se han desarrollado dos casas con fardos de paja. Una de ellas, ubicada en el valle de Los Chillos (Pichincha), tiene un área de 150 m² y ya fue culminada. La otra, localizada en Otavalo (Imbabura), es de 90 m² y tiene un 70% de avance. Los proyectos se llevaron adelante bajo la supervisión de Juanjo García, de la Red Construpaja, de Chile, quien lideró un taller sobre estos modelos constructivos.

Otra de las ventajas del uso de este material son los costos de las viviendas, cuyo precio por metro cuadrado puede llegar a ser considerablemente menor que los de una casa tradicional.
En las dos unidades levantadas el valor del m² estuvo entre USD 250 y 350. La investigadora aclara que el precio podría ser aún más competitivo si se logran optimizar los procesos y así disminuir los tiempos de construcción.