Se trata de un término nuevo que la mayoría hemos vivido. Se trata de la fatiga causada por tantas reuniones en línea.

Las reuniones en línea demandan mucha energía: Desde sentirnos observados, intentar descubrir las señales no verbales del otro y controlar las nuestras, temas relacionados con la tecnología y hasta un gato pasando por encima de la computadora, entre muchos otros. Todo cuenta. Se trata de un contexto que requiere de un balance y nuevas reglas para optimizar las reuniones.

Una recomendación sencilla pero poderosa es la siguiente: Existen dos tipos de estrés, el positivo (eustrés), que nos permite, por ejemplo, estar preparados para una presentación importante. Y existe el estrés negativo (distrés), que genera principalmente cortisol, y que nos drena energía y bienestar.

La recomendación es hacer pausas, cada 1-2 horas, y acabar las reuniones 5 minutos antes. De lo contrario, el eustrés se convierte en distrés. ¿Notas la diferencia? En la oficina íbamos por el pasillo hacia una reunión. En la casa, vamos de reunión a reunión sin parar. Planifica tus pausas, antes de que sea demasiado tarde.