Los animales no encuentran suficiente comida en las áreas naturales. Los ganaderos se ven obligados a sacrificarlos para que no sufran. Foto: EFE

Los animales no encuentran suficiente comida en las áreas naturales. Los ganaderos se ven obligados a sacrificarlos para que no sufran. Foto: EFE

Agricultores y ganaderos de Australia se 'mueren de sed'

13 de agosto de 2018 11:32

Europa no es la única que se ahoga. En las antípodas, una sequía de una violencia inusitada quema los cultivos australianos, diezma los rebaños y causa estragos en la economía de agricultores y ganaderos.


La isla continente está habituada desde hace tiempo a los fuertes calores y sus habitantes desarrollaron una notable capacidad de resiliencia. Pero los episodios de sequía que viven actualmente algunas regiones del este de Australia son los peores en medio siglo.

Las escasas lluvias que cayeron a principios de la semana aliviaron apenas las consecuencias de las altas temperaturas, que redujeron a polvo grandes extensiones de cultivos y de pastos.

Ante la escasez de pienso, los ganaderos tienen que comprar grano o a hacer que les transporten heno desde otras regiones del país para alimentar a sus animales, lo que los obliga a gastar cada semana miles de dólares australianos.

Algunos pasan horas alimentando a su ganado con la mano y otros se vieron obligados a sacrificar a los animales. “Los matan porque no quieren que sufran. Los sacrifican porque ya no pueden permitirse alimentarlos”, explica Tash Johnston, cofundadora de la asociación Drought Angels.

Esta situación se repite en varias regiones del estado de Nueva Gales del Sur, donde la agricultura da empleo a más de 77 000 personas y genera más de USD 11 125 millones cada año. Las condiciones también son difíciles en el estado de Queensland (norte) , cuyas autoridades afirman que la sequía afecta al 60% de las tierras.

“Sería la primera vez en dos generaciones, desde los años 1930, en que no tuviéramos cosechas de otoño o de invierno” , reconoce Greg Stones, dueño de una granja cercana a Gunnedah, a cinco horas de la ruta al norte de Sídney.

En respuesta a las dificultades financieras de sus agricultores, el gobierno anunció ayudas de emergencia por 190 millones de dólares australianos, que incluyen la entrega de dos paquetes de hasta 12 000 australianos.

También se desbloqueó dinero para los servicios de ayuda psicológica, para apoyar a agricultores a que menudo viven muy aislados, ya que las autoridades temen un alza de los suicidios en los sitios.

James Jackson, presidente de la federación de agricultores de Nueva Gales del Sur, saludó las medidas del gobierno, pero solicitó que se prolonguen en el tiempo.

Para otros, llegan tarde y son insuficientes. “Todos los gurús del clima son incapaces de decirnos cuándo terminará la sequía”, dijo Col Barton, cuya familia tiene una granja en el este de Gunnedah.

Los servicios meteorológicos australianos afirman que el fin del calvario no está cerca. Las ciudades también se enfrentan a esta escasez de lluvia.

Murrurundi, 300 kilómetros al norte de Sídney, recibió menos de 170 milímetros de lluvia en lo que va del año y podría no tener agua potable en los próximos meses, por lo que hay restricciones.