Las dos hermanas sonríen con entusiasmo, esperanza y expectativas de crecer económicamente con su emprendimiento en Esmeraldas.

Maritza y Raquel Grazia cuentan lo difícil que es conseguir un empleo y mucho más crear un negocio en una provincia, donde los vacunadores los extorsionan.

Ambas viven en sitios diferentes de Esmeraldas y su negocio funciona en casa. No quieren mostrar un letrero sobre su emprendimiento, para protegerse de los extorsionados. Creen que así se sienten a salvo. Ambas agradecen que les hayan enseñado a ser pasteleras.

Lo aprendieron con los técnicos de la alemana GIZ, una de las agencias cooperantes del proyecto Frontera Norte: Territorio de Desarrollo y Paz, con el financiamiento de la Unión Europea. La otra es la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid).

Este proyecto se desarrolló por cuatro años consecutivos en Esmeraldas, Imbabura, Carchi y Sucumbíos. Su ciclo y sus objetivos se cumplieron en las cuatro provincias y se cerró oficialmente el martes 20 de junio del 2023. Se invirtieron 28 millones de euros, indicó Charles-Michel Geurts, embajador Jefe de la Delegación de la Unión Europea.

Una exhibición en el Centro de Arte Contemporáneo
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Ellas mostraron ese día en el Centro de Arte Contemporáneo, en el centro de Quito, lo que saben hacer para sostener a sus hijos. Son madres solas y antes sufrían violencia de sus parejas.

Maritza agradece porque la GIZ les enseñó la pastelería, les dio un capital semilla e instrumentos. Por ahora, sus ventas son desde casa para sus amigos, familiares, bajo pedido y ofertas por Whatsapp. Su anhelo es seguir creciendo.

Ambas elaboran pasteles, masas especiales, manzana verde con cáscara, coco, chocolate de cacao fino de aroma, postres de tres leches, crema de leche, galletas y moldear con cobertura de fondat. Las tortas son rellenas y húmedas. Este tipo de tortas gusta más a los clientes, es una tendencia, dice.

En Luis Cupichamba hay una sonrisa alegre. En cuatro años desarrollaron agendas juveniles en Carchi, Imbabura, Esmeraldas y Sucumbíos, así como en los cantones.

Como coordinador de agendas juveniles de Imbabura cuenta que sus agendas tienen que ver con sus derechos e incidencia de políticas sociales en cada provincia o cantón.

Trabajan en siete ejes, como salud, educación, medios de vida (emprendimientos), cultura, medio ambiente, identidad, recreación y deportes.

Se han articulado con los consejos de protección juvenil en los municipios y con la Ley Orgánica de Juventudes, en la cual trabajan en el reglamento con la desaparecida Asamblea.

Los jóvenes se han capacitado en varios ejes, se han incluido a las personas con discapacidad, Lgbti+ y los chicos de movilidad humana (venezolanos y colombianos).

Las evaluaciones del proyecto

El Embajador Jefe de la Delegación de la Unión Europea, decía orgulloso en su discurso de cierre del proyecto que se capacitaron a 700 jóvenes en 11 formaciones técnicas, bajo un modelo sostenible.

Vanesa Reyes, coordinadora de Manifiesto Juvenil de Carchi, es una de las jóvenes que trabaja en empleabilidad y emprendimientos.

Ellos buscan oportunidades de negocios para los jóvenes. Ella cuenta un emprendimiento que enseña robótica a los niños. En estas vacaciones escolares precisamente abrirán un curso para enseñar a hacer pequeños robots con materiales reciclables.

En la exposición también estuvieron emprendedores de Quinindé, que elaboran rompope, ají y chips de camote amarillo; y chifles de verde. O asociaciones de captura de peces y crustáceos para la venta en San Lorenzo.

Julia Unger, coordinadora de la GIZ, habla de 285 emprendimientos juveniles, mientras que el embajador Geurts mencionó a 1 600 productores agroecológicos.

Geurts describió a esta frontera norte de cuatro provincias como frágil, compleja, una región de mucha vulnerabilidad, sin servicios de agua potable y saneamiento.

Por eso el enfoque del proyecto Frontera Norte: Territorio de Desarrollo y Paz no solo fue el desarrollo productivo, emprendimientos, sino el trabajo sobre los derechos humanos de los habitantes locales y de movilidad, así como el fortalecimiento de la gobernanza en las 21 alcaldías de las cuatro provincias.

La GIZ, Aecid, la Unión Europea, así como los funcionarios ecuatorianos creen que este programa mejoró las condiciones de vida de la población de esas cuatro provincias. “Ya pueden caminar solos”, dijo el Embajador de la Unión Europea.

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