Bayteq es una de las empresas que son parte de la industria del software. La compañía tiene 15 años en el mercado y tiene en la actualidad clientes en ocho países. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

Bayteq es una de las empresas que son parte de la industria del software. La compañía tiene 15 años en el mercado y tiene en la actualidad clientes en ocho países. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

La industria del software va por nuevos mercados y una ley

10 de julio de 2018 09:41

Hoy en día casi todo servicio se apoya en un software. Desde la comida a domicilio, que se solicita por una aplicación móvil, la reserva de un pasaje en avión hecha en una página web, hasta la compra de unos zapatos en una tienda en línea, una transacción bancaria, sin contar con los diferentes servicios que ofrecen las entidades públicas.

El software es, en definitiva, parte del día a día de los consumidores. En Ecuador la industria del software tuvo uno de sus picos en los años 80 cuando el país fue protagonista a escala regional, en especial en programas informáticos para el sector financiero.

Hoy en día este sector productivo trabaja para mantenerse competitivo. Los datos indican que el número de empresas del sector se mantuvo constante entre 2014 y 2016. En este último año se registraron 1 411 empresas.

Los actores del sector están repartidos en distintas actividades. Pero se concentran, según datos de la Asociación Ecuatoriana de Software (Aesoft) en: diseño de sistemas operativos, aplicaciones informáticas, bases de datos, elaboración de páginas web y tecnologías de comunicaciones.

Para Berioska Torres, directora ejecutiva de Aesoft, el corazón del software ecuatoriano tiene un ADN bancario. Ella recuerda que hace 20 o 30 años el país fue un exportador de software para el sector financiero. “Los bancos invirtieron, en su momento, en tecnología que necesitaban”.

La vocera del gremio piensa que hoy en día Ecuador es un laboratorio para desarrollar cualquier otra vertical productiva, tal como ya pasó con la banca. Pero según ella hace falta dos cosas: inversión y educar a quienes demandan los servicios de software. “De lo contrario todo se frena y se complica”.

Torres indica que las empresas nacionales que desarrollan software están conectadas con lo que pasa a escala global y por eso ya se trabaja en el país en temas como Big data, Blockchain, Internet de las cosas, Machine learning y otras tendencias. “Vamos en camino hacia la transformación digital y eso nos obliga a elevar la madurez informática”.

En el camino de esta industria las prioridades hoy en día son dos: internacionalizar sus servicios para llegar a nuevos mercados y contar con una ley que permita trabajar con estabilidad, seguridad y proyección al futuro.

.Para el primer objetivo Aesoft trabaja con organizaciones como la Corpei, con la que desarrolla un programa de cooperación pensando en llegar a la Unión Europea. Hoy en día 10 empresas están participando en un programa piloto para exportar al bloque europea, dice Torres. En ese proceso la oferta ecuatoriana incluye software turístico, reconocimiento facial, seguridad de la información.

El foco también está en América Latina, en temas como facturación electrónica, Big data y servicios financieros.

Una de las empresa con mayor trayectoria del sector es Bayteq, que lleva 15 años en el mercado y que lleva sus desarrollos a ocho países. Su fundador, Mauricio Bayas, destaca que el sector está en permanente crecimiento. Una de las fortalezas que tiene el sector es la ubicación geográfica.

Para Bayas estar en el mismo huso horario de mercados como México o Estados Unidos, es una ventaja a la hora de hacer negocios. “Además el país tiene una proximidad geográfica que también resulta favorable”.

El segundo punto en la agenda es una ley para el sector. Así lo dice Torres y lo confirmó -en junio pasado- la Ministra de Industrias, Eva García. La directora de Aesoft cuenta que a inicios de este año se presentó un proyecto a las autoridades de la Asamblea, así como al Ministerio de Industrias en donde hubo interés.

Según Torres el objetivo de la ley es promocionar la industria y generar incentivos para las empresas de software en general. Por su parte, la ministra García informó a LÍDERES que ya trabajan con el gremio de software en el desarrollo de una normativa. “Queremos enmarcar al software dentro de los pilares de la política industrial. Con tecnología se mejoran distintas áreas y podemos ser más productivos”. (ver nota de la página 13).

Mientras tanto el sector tecnológico enfrenta desafíos en el corto plazo. Las ventas vienen bajando, dice la vocera de Aesoft y añade que entre el 2014 y 2015 la industria se redujo un 30% por la crisis que afectó a la economía ecuatoriana en ese período y después “Al ser un sector de intangibles la crisis nos pegó fuerte”.

La meta es tener una norma este año

Las autoridades de gobierno y los actores del sector de software coinciden en la necesidad de contar con una ley.

Para la Ministra de Industrias, Eva García, se necesita tener la normativa, porque así se puede conseguir cooperación internacional. Además, con una ley vigente, las empresas van a querer invertir. En una entrevista con LÍDERES, publicada en junio pasado, la funcionaria admitió que para tener una ley de software se necesitarán algunas modificaciones al Código Ingenios y que el tema se estaba analizando en conjunto con la Senescyt.

La meta es tener la normativa antes de que termine este año, dijo García, quien cree que todos estos cambios permitirán que el país se conecte de lleno con la industria 4.0, también llamada la cuarta revolución industrial. “Hay que resolver temas de conectividad, desarrollo informático, temas normativos. Todo esto contribuye a una industria 4.0”.

En la Asociación Ecuatoriana de Software, que en la actualidad agrupa a 135 empresas y 140 socios, hay optimismo. Su directora, Berioska Torres, explica que el proyecto que se presentó a la Asamblea Nacional, meses atrás se enfoca en generar incentivos para las empresas del sector. “Somos una industria de intangibles y no somos sujetos de crédito de trabajo, de la manera tradicional”.

Torres indica que el proyecto presentado tiene 10 artículos y se elaboró en base a una ley argentina que ha resultado bastante bien en ese país. Uno de los puntos que propone la ley es el de las garantías que se piden en el sector financiero cuando se solicitan créditos. “Si una empresa necesita innovar necesita capital de trabajo pero en las empresas de software no hay activos para garantizar un crédito. Entonces la ley busca una salida a ese tema”.

También se propone la creación de un fondo en beneficio los actores de la industria.
Fortalezas y debilidades

La industria ecuatoriana de software tiene puntos a favor, así como temas por mejorar.
Para Andrés Burbano, presidente de la Aesoft y vocero de la empresa Noux, el país tiene talento humano de primer nivel, capaz de competir con el resto del mundo, con una ética de trabajo impecable. La consecuencia, añade, es que existen importantes historias de éxito como Cobiscorp, Kruger, Bayteq, Noux, Latamautos, Shippify, Jobsity, entre otras.

Ernesto Kruger, fundador de Kruger Corp y Kruger Labs, también menciona algunas fortalezas como un mercado para probar conceptos para mercados más grandes, reconocimiento y experiencia internacional, capacidad de adaptación, una moneda estable y universal como el dólar que evita el diferencial cambiario y una infraestructura pública con mejores estándares que muchos países de la región.

Para la Ministra García, Ecuador cuenta con un desarrollo muy interesante y suma una larga lista de empresas que llegan a varios países con sus desarrollos.

Pero el sector también tiene debilidades que pueden corregirse, según los consultados. Para Mauricio Bayas, fundador de Bayteq, hacen falta más profesionales. Él piensa que existe una demanda grande por personal calificado y por eso es necesario que chicos de colegios se interesen en la tecnología. Otro reto es profesionalizar a las empresas y adoptar nuevas formas de trabajo, así como metodologías ágiles y mayor entendimiento con los clientes.

Por su parte, Burbano considera que el nivel de inglés ha bajado mucho, lo cual dificulta la investigación y el acceso a mercados. El vocero de Noux añade que no existe un marco legal que incentive las inversiones y el financiamiento. Esto nos deja en desventaja comparativa con Argentina, Uruguay, Colombia o Costa Rica, países que también tienen una importante industria de software.

Kruger coincide con Burbano en la necesidad de un marco regulatorio alineado con las necesidades del sector. También menciona que falta cooperación entre las empresas del sector. Se suma una deficiencia en la conexión entre universidades y empresa privada, ausencia de promoción internacional y la falta de certificaciones de calidad mundial.