El repudio de la moneda
El Gobierno ya logró que los argentinos piensen en pesos: los que pueden ahorrar están todo el tiempo pensando en cómo deshacerse de ellos. Habitualmente se define la inflación como el aumento sostenido y generalizado de los precios. Pero también puede pensarse como el rechazo de la moneda nacional. Si es hiperinflación, el repudio es sostenido y generalizado. El público piensa que el dinero es lo menos valioso de todo lo disponible en el mercado y que muy pronto valdrá menos todavía. Es decir, tendrá menos capacidad de comprar.
La depreciación del peso en la consideración de los argentinos tiene una razón: el Gobierno ha emitido más de lo que demandan. Y frente a un escenario de aumentos de precios generalizados, el dólar oficial casi congelado es una invitación a comprar. El argentino siempre se posiciona en dólares, cuando la divisa norteamericana está barata en el mercado local. Descuenta que la devaluación será inevitable.