El producto denominado Boda-Destino fue uno de los más demandados hasta antes del inicio de la pandemia. Cortesía Caballo Campana

El producto denominado Boda-Destino fue uno de los más demandados hasta antes del inicio de la pandemia. Cortesía Caballo Campana

Giovanni Astudillo Editor (I)
redaccion@revistalideres.ec
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La naturaleza es la marca de sus instalaciones

23 de junio de 2020 12:04

La Hostería Caballo Campana, que es una de las más reconocidas de la capital azuaya, cumplió 25 años de funcionamiento en mayo pasado. Los planes y programas previstos para la celebración se postergaron debido a la pandemia por el covid-19.

Pero desde la semana pasada reanudó su funcionamiento en alojamiento y restaurante, luego que su plan de bioseguridad fue aprobado por las autoridades. Solo siguen suspendidos los eventos.

Este último segmento de servicios fue uno de los que más le permitió crecer, dice su propietario Óscar Saldaña. Según él, hasta antes del confinamiento ofrecían un servicio completo del producto denominado boda-destino, que “tenía gran aceptación entre los clientes de la Costa, principalmente”. Será reanudado cuando las autoridades nacionales y locales consideren que ya se pueden desarrollar estos eventos.

La Hostería Caballo Campana ofrecía sus salones para la recepción de la boda, alimentación, alojamiento para los invitados que llegaban de otras ciudades. Además, al día siguiente, podían acceder a servicios como paseos en caballo o recorridos por las 24 hectáreas de parques y jardines.

Esta hostería, ubicada en el sector de Misicata, fue construida en una propiedad de 27 hectáreas. Cuenta con tres salones de eventos, que pueden recibir desde 30 hasta 3 000 personas. Su restaurante Barabón, que fue el primer servicio que ofreció hace 25 años, tiene capacidad para 100 comensales y otros 50 en la terraza.

Adicionalmente, tiene un espacio a la intemperie o cancha de uso múltiple, que tiene una extensión de 25 000 m2. Allí, han realizado y organizado conciertos, competencias deportivas de rally o hípicas y ferias comerciales. Tiene capacidad para 8 000 personas.

En la arquitectura de la hostería se destacan los elementos tradicionales de Cuenca como la teja, ladrillo, piedra, madera, entre otros. El hospedaje se realiza en la casa de hacienda bautizada como La Oliva, que cuenta con 21 habitaciones y cuatro cabañas. Fue remodelada el año pasado y puede albergar hasta 80 personas.

Según Saldaña, por la aceptación de las personas han logrado crecer constantemente. Así, por ejemplo, en el 2018 facturaron USD 390 000 y el año pasado subieron a USD 500 000. “La empresa se fue consolidando poco a poco debido a la constancia”. Durante el 2019 organizaron seis eventos masivos como conciertos, ferias y convenciones empresariales y gremiales y fiestas de más de 1 500 personas. Las bodas, grados o primeras comuniones se efectuaban todas las semanas.

Según Saldaña, la emergencia sanitaria generada por el coronavirus es grave para su negocio. En la actualidad, por las nuevas condiciones de bioseguridad, optarán por reinventarse y cubrir la demanda que tienen las personas por buscar espacios amplios y conectados con la naturaleza. Además, en el futuro, se enfocarán en eventos con menores personas.

70 000 dólares fue la facturación de esta hostería cuencana entre enero y febrero de 2020.


Otros detalles
El personal. La Hostería Caballo Campana cuenta con 20 colaboradores, que se dedican a las áreas de restaurante, alojamiento, administración. Cuando hay eventos se suman entre 40 y 60 meseros.

El objetivo.Según el propietario, Óscar Saldaña, la hostería surgió por el capital generado en otro negocio, que era la venta de neumáticos de vehículos durante 35 años. “Crecimos gracias a la acogida de la gente y a nuestra constancia”. Los ingresos de Caballo Campana se reinvirtieron en el crecimiento de las instalaciones.