André Obiol, presidente de la Federación Hotelera del Ecuador y decano de Uniandes. Foto: Cortesía André Obiol

André Obiol, presidente de la Federación Hotelera del Ecuador y decano de Uniandes. Foto: Cortesía André Obiol

André Obiol: ‘La recuperación tomará cinco años’

2 de marzo de 2021 12:23

André Obiol, presidente de la Federación Hotelera del Ecuador y decano de Uniandes, explica el impacto de la pandemia y las estrategias para buscar la reactivación. 47 hoteles en el país se cerraron por la crisis y 50 000 personas perdieron su empleo en la actividad turística.

En el mundo, el sector turístico es el más afectado por la pandemia. ¿Cuál es la magnitud del impacto en Ecuador?
Es tremenda. Son USD 2 500 millones que dejaron de ingresar a la economía nacional. Además, son USD 600 millones que no han sido redistribuidos por turismo local o doméstico y el corporativo. Este último es uno de los que más tiempo toma en reactivarse. Los viajes de negocios se han visto mermado, porque aparecieron nuevas tecnologías que están reemplazando a la capacidad hotelera y las reuniones, capacitaciones, entre otras, se hacen de manera digital.

¿Qué acciones tomaron ante esta situación?
La primera acción fue reducir el punto de equilibrio en los hoteles para generar una oportunidad de supervivencia. Es decir, lastimosamente, se redujo el costo fijo, que está relacionado con la mano de obra. Fue un golpe muy duro. Se estima que en Ecuador más de 50 000 personas perdieron su empleo en el sector turístico. Con gran parte de ellos se fueron conocimientos, procesos, metodologías de calidad. Se perdió un recurso humano valioso y capacitado en la operación. La segunda fase fue bajar los precios de alojamiento y, en cierta forma, incentivó a la recuperación del mercado. Además, fue el primer sector que tuvo protocolos de bioseguridad. De esta forma damos confianza. Pero aún falta promoción nacional e internacional y definir el plan de vacunación en el país.

¿Cuál es la situación financiera de los hoteles en el país?
En el 2020, los hoteles tuvieron pérdidas operativas. Es decir, los ingresos no eran suficientes para cubrir los costos y gastos operativos. Además, hubo egresos por las indemnizaciones del personal que salió. Eso generó el consumo de la liquidez y se comprometió el servicio de la deuda pública y privada. En consecuencia, las empresas tuvieron que refinanciar o buscar planes de reestructuración con los bancos. La idea es contar con tiempo para dar oportunidad de recuperación al mercado y que se incremente la demanda. La hotelería está en un riesgo alto porque si no despegan las tasas de ocupación y las tarifas promedio, no habrá flujo de caja para cumplir con las necesidades de la deuda.

Por esta situación financiera, ¿cuántos hoteles han cerrado en el Ecuador, de forma definitiva o temporal?
Son 47 hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas. Es un hecho generalizado en el país. Sin embargo, hay ciudades que no han tenido tanto impacto, como Machala,
por el comercio exterior. Ha tenido una ocupación y tarifas interesantes. Loja, por la explotación minera, tiene buenas tasas de ocupación en la pandemia. Los empleados de las mineras tienen que cumplir con cuarentenas preventivas antes de ingresar a los campamentos. Otras ciudades, como Cuenca, Ambato, Riobamba... están muy complicadas.

¿Cuál fue la ocupación hotelera durante el año pasado?
El promedio nacional fue del 15% y en el 2019 eran del 60%. Para este año, esperamos que el primer semestre tendrá un comportamiento similar al del 2020 y hay más esperanza para el segundo semestre. Hay algunos factores que nos ayudan a tener esperanza. El primero es haber pasado el proceso electoral y se conocerán las reglas del juego más claras. El segundo aspecto es que pensamos que habrá un avance de la vacunación y eso dará cierta confianza. Con ello, se podrán reanudar los eventos corporativos y sociales. Tenemos un profundo resentimiento con los COE nacional y cantonales porque nos restringen el aforo, pese a tener los protocolos de bioseguridad, no hay restricciones en las calles, mercados públicos y hasta fiestas, incluso, sin mascarillas.

Antes de la pandemia existían planes de inversión de nuevos hoteles. ¿Esos planes se aplazaron o se terminaron definitivamente?
En la actualidad, los planes están aplazados, sobre todo, las inversiones que estaban previstas para el 2020 y 2021. Existe la voluntad de querer invertir porque la hotelería se recuperará. La Organización Mundial de Turismo y consultoras privadas estiman que se recuperará el ritmo de 2018 y 2019 en unos cinco años. Se logrará cuando la población recupere la confianza en los viajes y exista esa capacidad y voluntad de pago porque hubo crisis en varios sectores.

Incluso, creemos que después habrá más fuerza porque la gente entendió que no podemos posponer las decisiones como viajar. Las personas aprendimos lo vulnerables que somos y podemos morir en cualquier momento. Además, los viajes son buenos para su salud mental, antes lo hacíamos por experiencia y diversión.

¿Hacia dónde va el turismo?
El futuro de los modelos de negocios es entender las nuevas preferencias y comportamientos de los consumidores. En la actualidad, existe mucha incertidumbre. La pregunta es saber si los hoteles de negocios seguirán funcionando o no. Será que ahora tengo que cambiar el modelo. Se necesitarán habitaciones tan grandes de 30 metros cuadrados o solo de 15 porque es más fácil para la limpieza. Es posible que no se requieran grandes salones de eventos, sino mejorar los equipos o tecnología dentro de los hoteles para que las personas estén tranquilas, que puedan hacer su trabajo de manera virtual o más protegidos. Todas las grandes cadenas hoteleras invierten muchos recursos en consultorías para determinar cuáles serán los nuevos modelos de negocios. Luego se destinarán los recursos a esas necesidades.

Según su criterio, ¿qué demandan, en la actualidad, los visitantes nacionales y extranjeros?
Identificamos que ahora hay sectores como los hoteles de campo que han tenido mucho éxito. En Ecuador, las hosterías son visitadas los fines de semanas. Además, hay sitios que antes que no eran visitados y que, ahora, tienen gran demanda en la zona rural, montañas y selva. Las razones son buscar la salud mental y no viajan al exterior. Antes, los ecuatorianos destinábamos USD 1 500 millones al año en viajes al extranjero. Esa cantidad se podría gastar dentro en la economía nacional. El primer mercado que se debe apuntar para la reactivación es el doméstico.

¿Cómo ajustar la oferta hotelera nacional a esas nuevas demandas?
Adaptarse es complejo porque una infraestructura que está diseñada para algo puntual es difícil cambiar. Sin embargo, hay hoteles que han buscado oportunidades mejorando los servicios o entrando a nichos específicos.

La digitalización se expandió más en el mundo con las reuniones de negocios, capacitaciones… ¿Qué harán para tratar de recuperar el segmento de las convenciones que eran muy importantes?
Pese a que lo digital creció, no hay la misma eficiencia y conexión que se logra con la presencialidad. Los organizadores de eventos cambiarán sus estrategias, sin embargo ese mercado regresará con fuerza en cinco o seis años.

Hoja de vida
Su formación. Graduado de Escuela Glion Hotel School en Suiza. Lic. en Finanzas, Administración de Empresas, Arte Culinario y Administración de Empresas de Hospitalidad. Especialización en Administración de Negocios en el Instituto de Empresas en Madrid. Enólogo de la Academia International de Gourmets y MBA por el INCAE.

Sus cargos. Presidente de los Hoteleros de Ecuador y Presidente de Comisersa. Socio y gerente de la boutique de chocolatería y repostería Gourmandises by Yves Thuries. Decano Nacional de Administración de Empresas, Contabilidad, Auditoría, Turismo, Hotelería y Gastronomía de Uniandes.