El confinamiento impulsó el “futuro del trabajo” y para generar nuevos puestos es necesario que la gente mejore sus competencias y opte por las nuevas profesiones. Foto: Freepick.es

El confinamiento impulsó el “futuro del trabajo” y para generar nuevos puestos es necesario que la gente mejore sus competencias y opte por las nuevas profesiones. Foto: Freepick.es

La reactivación del empleo mundial

10 de julio de 2020 11:09

El 1 de mayo del 2020 -o el Día Internacional del Trabajo- se celebró este año en medio de un apocalipsis laboral provocado por una pandemia con la predicción de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que afirma que prácticamente la mitad de los
3 000 millones de trabajadores activos corren el riesgo de perder sus medios de vida.

Para muchos trabajadores, el confinamiento ha acelerado la llegada del “futuro laboral”, un concepto al que se ha hecho referencia en los últimos años en asociación con las oportunidades y los retos planteados por el trastorno tecnológico y los factores económicos estructurales que determinan la calidad de los medios de vida en el mundo.

Para muchos trabajadores cualificados, ha supuesto el trabajo a distancia. A muchos empleados de servicios y manuales les ha planteado un futuro en el que es posible que las máquinas desplacen a las personas, especialmente a medida que las empresas consideren un aumento de la automatización para mejorar su resiliencia.

Para aquellas personas pertenecientes a la economía de pequeños encargos, el sector sanitario y el sector educativo, ha provocado un replanteamiento global del significado y la naturaleza esencial de estas profesiones. Para la gente inmersa en la economía de pequeños encargos e informal, ha puesto de manifiesto la falta de protección social fundamental y la precariedad del trabajo vinculado con la subsistencia.

Se necesitan medidas inmediatas de carácter urgente para proteger los empleos, conservar los vínculos entre empleadores y empleados, mantener a flote a los pequeños y medianos empleadores y ofrecer prestaciones complementarias y otras redes de seguridad directamente a los trabajadores y los hogares.

En estos aspectos se han centrado los esfuerzos realizados por los países más avanzados y mercados emergentes, aunque se necesita un mayor apoyo para las economías en vías de desarrollo. Debemos reconocer este momento como una oportunidad de reconstruir mejor y sentar las bases de un mercado laboral más resiliente y un mundo más igualitario.

Mejora de competencias
En los últimos años, los gobiernos, las empresas y los trabajadores han empezado a dar prioridad al reciclaje y a la mejora de competencias para prepararse mejor para las alteraciones provocadas por la Cuarta Revolución Industrial. Aunque ha sido un invasor microscópico -y no el auge de los robots- el que ha provocado el desmoronamiento actual del mercado laboral, es evidente que la pandemia acelerará la digitalización y la automatización en diferentes industrias y sectores.

Esta situación exige nuevas inversiones y mecanismos para la mejora de las competencias y el reciclaje, en lo relativo tanto a capacidades humanas como a digitales. Mientras que el sector de la formación y la educación en línea ha suscitado un mayor interés por parte de los trabajadores confinados conectados digitalmente, es vital que los empleadores apuesten fuerte por el reciclaje de los trabajadores y que los gobiernos establezcan proactivamente disposiciones relativas a la mejora de las competencias y el reciclaje, y las integren en los estímulos fiscales que están inyectando en las economías con vistas a preparar mejor a los empleados para una economía pospandémica.

Los nuevos empleos
El Foro Económico Mundial ofreció una visión de los trabajos del mañana a principios del 2020. Estos empleos se concentran en gran medida en las profesiones para el cuidado de las personas, el apoyo del planeta, la gestión de nuevas tecnologías y la comunicación de productos y servicios: la economía asistencial, la economía ecológica, las personas y la cultura, los datos y la inteligencia artificial, la ingeniería y la computación en la Nube, el desarrollo de productos, las ventas, el marketing y el contenido.

Mientras que la pandemia subraya el papel esencial de los trabajadores hospitalarios, de las tiendas de alimentación, los centros educativos y otras profesiones fundamentales, se espera que las oportunidades aumenten en el sector de la economía asistencial.

Del mismo modo, se espera que sigan aumentando los puestos en sectores como la creación de tecnología y la gestión, el comercio electrónico y la economía del conocimiento más amplia.  Asimismo, mientras los gobiernos intentan reconstruir sus economías, también surgirán nuevas fuentes de crecimiento -y empleos- de la economía ecológica, la ciencia y la investigación sanitaria, así como las infraestructuras digitales. Para las economías en vías de desarrollo, es todavía más esencial contar con un nuevo enfoque proactivo respecto de los empleos del mañana, al tiempo que se rediseñan las cadenas de valor global y, con ellas, el modelo de crecimiento impulsado por la fabricación de períodos anteriores.

La tarea de las empresas es darse cuenta de las nuevas oportunidades para reactivar el empleo. 

1500 millones de trabajadores pueden perder sus puestos de trabajo en el mundo a causa del impacto de la pandemia, según OIT.