Carolina Fiallo y Daniel Torres son los propietarios de Gato Grill House. En los próximos meses implementarán nuevos platos a la carta que ofrecen. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Carolina Fiallo y Daniel Torres son los propietarios de Gato Grill House. En los próximos meses implementarán nuevos platos a la carta que ofrecen. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Este restaurante abrirá dos nuevas franquicias en Quito

12 de octubre de 2021 15:30

Una reestructuración interna del emprendimiento fue uno de los primeros pasos para que el restaurante Gato Grill House pudiera abrir su primera franquicia en el valle de Los Chillos, al suroriente de la Quito.

Daniel Torres y Carolina Fiallos, propietarios de la marca, hicieron un análisis para reducir los costos en la producción de materia prima para implementar su propia procesadora de alimentos y desde allí distribuir los productos a las franquicias. Para lograrlo se realizó una inversión de aproximadamente USD 45 000 en la creación de cuartos fríos. Ese dinero también sirvió para sistemas de procesamiento, maquila y entrega de carnes y salsas para lograr una estandarización en los sabores.

Para que los tres locales tengan la misma calidad en la comida, esta empresa prepara en su planta las carnes, harinas y salsas que se distribuyen a los locales al menos tres veces por semana, listos para la cocción. Con ello, dice Fiallos, se garantiza que los productos que se sirven se encuentren frescos.

En los próximos días implementarán su propio sistema de movilización para la entrega de los productos.

Al inicio solo ofrecían hamburguesas y papas fritas a los clientes, pero luego ampliaron la oferta y ahora cuentan con una variedad de platos que incluyen cortes de carne, costillas, pollo broaster, alitas, postres, jugos, etc.

Recientemente agregaron a su menú de hamburguesas cuatro nuevos tipos, entre ellos una de picaña con salsa de portobellos. Todo eso con el fin de convertir a la marca en un espacio familiar, señalan los emprendedores.

En agosto del año pasado lograron firmar el primer contrato para abrir una franquicia. Ellos comentan que fue un reto tanto para ellos como para los franquiciados mantener a flote el local en medio de la pandemia. En esa época lo hicieron ofreciendo servicio a domicilio y, cuando las medidas lo permitieron, empezaron a atender de forma presencial.

Al inicio de la pandemia debieron cerrar uno de los locales que tenían en el norte de Quito. Sin embargo, luego, pudieron montar un nuevo local en el sector de Tumbaco. Torres señala que fue un desafío para ellos permanecer abiertos los primeros seis meses, que es el tiempo que requiere un local de comida para saber si se consolidará o no en el mercado.

Los propietarios de Gato Grill House consideran que una de sus ventajas es tener un nicho fuerte de clientes en Quito, durante los 11 años que están en el negocio de la comida rápida.

Carolina Fiallos incluso señala que algunos de sus clientes llegan al local de Quito y sin necesidad de pedir la carta ya saben qué producto van a consumir. Eso, dice, se ha convertido en un desafío constante para lograr que sus nuevos platos se vendan más.

El 60% de las ventas se concentra en las hamburguesas y el porcentaje restante en los otros platos. La realidad en los nuevos locales es diferente. Según Daniel Torres, allí se comercializan más los nuevos productos.

Por el momento, en el local principal facturan entre USD 18 000 y USD 20 000 cada mes, casi USD 10 000 menos de lo que vendían antes del inicio de la pandemia del covid-19.

Según Torres, el proyecto a largo plazo es tener máximo ocho locales en toda la ciudad para no tener un colapso en el mercado. Por ello, los contratos de venta establecen algunos parámetros en cuanto a la distancia que debe existir entre los restaurantes.

Para expandirse en el mercado, Gato Grill House ofrece dos tipos de franquicias: una restaurantera que bordea los USD 45 000 incluido el derecho de marca y una exprés por USD 30 000.

En el primer caso se puede comercializar todos los platos que ofrece el menú, mientras que en los segundos solo se podrá comercializar las hamburguesas, alitas y pollo broaster.

En la actualidad, se encuentran en la búsqueda de nuevos espacios en el sector de Cumbayá y en el sur de Quito para abrir dos nuevas franquicias.

Antes de que las franquicias empiecen a funcionar se realizan capacitaciones en atención al cliente en los locales que ya se encuentran operativos. Para mejorar la rentabilidad utilizan un mismo sistema de facturación.